Trastornos del sueño y su impacto en el mercado laboral

Los trastornos del sueño afectan a un 45% de la población mundial

La repercusión en el mercado laboral

Los trastornos del sueño a menudo aparecen como un grupo de síntomas que pertenecen a una enfermedad de gravedad, aunque en muchos casos las personas que lo padecen no reciben un diagnóstico y tratamiento adecuado. Convivir con una falta de sueño constante no sólo afecta a nuestra calidad de vida sino que a lo largo del tiempo supone una disminución de la productividad que a la larga se traduce importantes pérdidas económicas en el mercado laboral.

Un estudio dirigido desde la Escuela Médica de Harvard (EEUU) explica que cada trabajador estadounidense cuesta a su empleador una media de 2.280 dólares (unos 1.580 euros) al año debido a estos problemas del sueño. La cifra se calcula teniendo en cuenta el tiempo que se malgasta por no haber descansado bien, el cual suma a lo largo del año una media de 7,8 días por trabajador.

En España, donde los salarios son más bajos, el problema laboral y médico es equivalente. La dificultad radica en que los empleados acuden a sus trabajos pero rinden menos por falta de sueño.

Además, los trastornos del sueño son una de las principales causas de la depresión, lo que agrava aún más el problema.

Uno de los trastornos del sueño que a menudo pasa desapercibido es el ronquido y la apnea del sueño. Cuando la persona ronca, no se ve como un problema, cuando esto en realidad afecta a la calidad de vida y puede ocultar afección grave como el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), el cual aumenta el riesgo de padecer hipertensión, obesidad, diabetes y enfermedades degenerativas.

Ante la duda de padecer un trastorno del sueño se recomienda la realización de la polisomnografía; un estudio completo que se realiza mientras la persona duerme y que mide los factores que afectan al sueño de cada individuo.

Ante la duda de padecer un trastorno del sueño se recomienda la realización de la polisomnografía; un estudio completo que se realiza mientras la persona duerme y que mide los factores que afectan al sueño de cada individuo.

Un buen diagnóstico contempla el origen del trastorno del sueño y cómo solucionarlo, lo cual permite al trabajador volver a ser productivo y a tener un ritmo habitual.

Fuentes